09 Oct Yo postureo, tu postureas, él posturea
Madrid, 9 de octubre del 2017.- La generación NININI (ni estudian, ni trabajan, ni lo intentan) lidera la comunicación digital y todos les seguimos. La comunicación primigenia de emisor, mensaje y receptor se ha complicado notablemente en los últimos 15 años. Todos hemos sido testigos de la muerte del teléfono convencional, del fax y ahora, casi, la muerte del email. Hoy ya no puedes esperar al email, un mensaje instantáneo en tiempo real por una red de mensajería es más inmediato y reconfortante.
Si viajas a Austria y con tu móvil haces una foto a un menú original, no tienes que esperar a nada, ni a nadie. La foto brillará en Facebook, Instagram y en los grupos de amigos y familiares de WhatsApp o Telegram. Una fotografía no se puede contar por teléfono o fax. En el email sí, pero no se puede compartir tan rápidamente. Porque lo que importa ahora es navegar instantáneamente por el tsunami en que se ha convertido Internet y en recibir muchos “likes”, comentarios positivos e infinitas notificaciones en el móvil.
Volvamos al postureo y a su definición: “El término postureo es un neologismo, acuñado recientemente y usado especialmente en el contexto de las redes sociales y las nuevas tecnologías, para expresar formas de comportamiento y de pose, más por imagen o por las apariencias que por una verdadera motivación”. La RAE aceptó la palabra “postureo” a partir del 2014 y dejó rienda suelta a diferentes valoraciones: “El postureo es el intento de parecer algo que no se es o intentar destacar cierta virtud conforme a un momento estereotipado por situaciones anteriores. En el postureo se intenta hacer parecer que se está en una escena natural cuando en realidad no es así”.
Los NININI lideran la comunicación digital
Hablaba al comienzo de la generación NININI y de su vinculación a la comunicación digital. El término, referido a una masa que “ni estudia, ni trabaja, ni lo intenta”, es incluso mencionando en descripciones sociológicas sobre la mayor recesión de la economía española del último siglo.
Un dato: en España hay ya más smartphones/teléfonos móviles que habitantes. Somos de los primeros países de Europa en esta materia. Este liderazgo sirvió para que la generación NININI adoptara las mejores costumbres y usos que vienen de Estados Unidos. Cualquier moda vacía y aparentemente seria se propagaba mundialmente como la pólvora. Recordemos aquella iniciativa de tirarse sobre uno mismo un cubo de agua congelada (ahora es agua caliente con sal). Aquella en el que se quedaban quietos un grupo numeroso de personas en medio de un lugar público. O las actuaciones musicales más chirriantes para los gustos menos originales. Trozos de la vida privada en su exhibición menos pensada.
El postureo es divertido, no hace daño a nadie, y te hace partícipe de un movimiento social mundial. Te posiciona en el mundo. Ese es el mérito de la generación NININI: su creatividad, ingenio y solidaridad con problemas actuales. También por su valentía de probar lo desconocido.
Sin embargo, me surge la pregunta: ¿El postureo es una moda pasajera? La respuesta es que dependerá exclusivamente de la personas que usan las herramientas digitales a diario. Es imposible que una moda nacida en Facebook con 2.000 millones de seguidores no contamine al resto de Internet. Es imposible dejar de leer los tweets del presidente americano, Donald Trump. Es imposible dejar de seguir a estrellas de Hollywood en Instagram para verles en situaciones cotidianas como personas normales. Los NININI nos guían en esta procelosa realidad virtual.
Influencia del postureo en la comunicación empresarial.
Por supuesto, las marcas, las empresas han tenido que modificar sus Estrategias de Comunicación para llamar la atención de los NININI y de todos los que los imitan. Las grandes firmas siempre quieren estar presentes en las revistas más leídas, en los programas líderes de audiencia y en las emisoras más populares. Hasta ahora lo han hecho de una forma directa, pero con las redes sociales han encontrado una forma más efectiva todavía de expandir su presencia, bien por lo subliminal o bien por lo camuflado e indirecto.
Ahora, las marcas también quieren estar presentes, comentar e influir a los consumidores que no separan su mirada de una pantalla de móvil, tableta, portátil u ordenador de sobremesa. Y esto, hoy en día, es muy, muy difícil. Hoy en día, el poder de la comunicación depende de cada persona, que elegirá cuándo leer un artículo, cuándo ver su película preferida o cuando leer una obra en su ebook. Y todo porque hoy se puede ver la televisión sin un solo anuncio, simplemente con la suscripción a un plataforma de contenidos bajo demanda. Este contexto hace que el objetivo de influir se convierte en casi una utopía.Las empresas sólo tendrán presencia e influencia cuando quieran sus clientes. Ni más, ni menos. Seducir a los consumidores nunca fue tan complejo y nunca necesitó de tantos profesionales del marketing digital, comunicación, marca personal, etc. El postureo no pasará de moda. Puede que le pongamos otro nombre, pero ha llegado para quedarse.
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