Bisila Bokoko: «Nos tenemos que reconciliar con el éxito, hay mucho miedo a brillar de verdad»

Bisila Bokoko es diversidad, internacionalización, liderazgo, emprendimiento y el reencuentro con los orígenes. De todo ello y mucho más habla en este fascinante hashtaggraffiti.

No me extraña que haya sido nombrada «Citizen of the world» por Naciones Unidas:

Española de padres africanos y norteamericana de adopción.
Embajadora de marcas, consultora y mentora experta en la expansión de negocios en el mercado estadounidense.
Es una de las diez mujeres españolas más influyentes en el mundo de los negocios en Estados Unidos
Fue directora ejecutiva de la Cámara de Comercio España-EEUU.
Asesora a empresas de todo tipo en políticas de diversidad.

¡Espero que disfrutes la entrevista, porque es un lujo!

En qué consiste exactamente la diversidad aplicada al mundo empresarial?

Hay mucha gente que no entiende qué es la diversidad. Piensan solo en la diversidad de género, no entienden el concepto amplio de la palabra, ni como riqueza ni tampoco como un poder clave para la empresa. Es importante entender la diversidad como una forma de conocimiento transversal, ya sea de pensamiento, de género, tener personas del colectivo LGTB, de diversas culturas, de raza…

Bisila Bokoko.

Bisila Bokoko.

¿Qué es lo que puede aportar a las empresas?

Hoy por hoy, para tener la innovación y la creatividad que necesitamos, para estar a la vanguardia, la diversidad es fundamental y es algo que tiene que formar parte del ADN de la empresa y de sus valores, de su cultura. Pero ocurre que la diversidad es muy incómoda, a nadie le gusta, y eso es así porque tenemos una amígdala en el cerebro que hace que todo lo que no sea familiar nos genere desconfianza, rechazo.

Como seres humanos tenemos una parte animal, que nos hace ver las cosas como una amenaza. La diversidad está muy bien, pero ejercerla es diferente. Para eso, se necesita inteligencia emocional e inteligencia cultural. Sin esas dos premisas no entenderemos la diversidad.

¿Y se puede medir su impacto?

En las empresas diversas de verdad hay un 30% más de beneficio que en las que no lo son. Tienen un valor económico al final del día, es más difícil llegar a decisiones, pero se logran ideas que no se habrían producido nunca si no es por la diversidad de las personas que participan en esa reunión, y eso hace que avancemos. Las empresas que no sean diversas en el siglo XXI, no serán. Hay mucho trabajo por hacer, por eso hay que empezar ya. Sobre todo en las empresas que quieren internacionalizarse.

¿Cómo se empieza?

Desde la humildad. Hay que aceptar cuál es la situación de tu empresa, quién eres y dónde estás. Hace unos días hablaba con una empresa israelí con sede en Suiza y con equipos trabajando en toda Europa. Su crecimiento ha sido exponencial gracias a la flexibilidad que dan a sus trabajadores y al valor que aporta cada uno de ellos. Y, para ello, han sido humildes, han entendido hacia dónde va el mundo, se han adaptado a los acontecimientos, han cogido a personas de diferentes países, les han puesto a trabajar conjuntamente y han salido ideas que han tenido muy buenos resultados.

El departamento de Recursos Humanos debe ser el que entienda la diversidad y en muchos casos no la entienden porque hay que vivirla, hay que tener empatía, ponerte en los zapatos del otro y para eso se precisa tener inteligencia emocional y cultural y haberlo vivido de cerca. En un equipo de Recursos Humanos si no tienes personas diversas, difícilmente entenderán la diversidad.

Bisila Bokoko.

Bisila Bokoko.

Hace poco estuve en una conferencia del productor teatral Luis Álvarez y él se preguntaba: ¿Qué es ser normal?

¡Qué bueno! Luis es íntimo amigo mío. Trabajamos en muchos proyectos juntos en Estados Unidos. Es un genio. Lo adoro.

Respecto a lo que puede ser la normalidad… tienes que tener tu propio concepto de qué es ser normal. Todos, en realidad, somos singulares porque cada uno es único e irrepetible. Hay mucha gente que no se siente normal y eso crea mucho dolor, porque te sientes fuera de la sociedad. ¿Quién no se ha sentido así porque llevaba gafas de pequeño, porque es negro o porque era gordito? Creo que cuando te reconcilias con eso que para ti es ser normal entonces eres feliz. Hay paz.

¿Cuáles son los puntos débiles de las empresas españolas a la hora de internacionalizarse?

La falta de seguridad y la creencia de que todo lo que funciona en este mercado va a funcionar en el siguiente. También la falta de adaptabilidad a lo que se demanda. Siempre digo que en la internacionalización hay que tener una mente flexible pero global y, sobre todo, dejarte aconsejar por los agentes que están ahí fuera. Otro punto importante es trabajar más la venta y el marketing.

¿La internacionalización es solo para las grandes?

No. Llevo 23 años en Estados Unidos y he trabajado mucho con compañías pequeñas y familiares. Hay valentía y conozco muchas empresas familiares pequeñas que, sobre todo, cuando llegan a la segunda o tercera generación quieren salir al exterior. Y encuentran partners a su medida, porque también hay tejido empresarial pequeño fuera. Por lo menos, en Estados Unidos. Hay mucho empresario pequeño que quiere trabajar con organizaciones pequeñas. Por eso, es muy importante el network, porque no importa el tamaño de tu empresa, importa a quién conoces.

Has tratado con multitud de perfiles profesionales. ¿Qué es para ti el liderazgo?

El liderazgo ha ido cambiando, porque hemos evolucionado como seres humanos. Hace 20 años se ejercía un liderazgo muy vertical, en línea con lo que pensábamos en ese momento. Ahora, el liderazgo, según lo entiendo para la internacionalización, es muy horizontal. Es un liderazgo vulnerable, humanista, donde entra en juego la diversidad y su valor.

En el mundo tan complejo en el que vivimos, donde se precisa resolver situaciones de incertidumbre, es necesario tener equipos diversos que piensen de manera transversal. Se necesita un liderazgo basado en la escucha activa y no solo en hacer lo que tú quieres, sino en dejarte aconsejar por tus equipos y darles su sitio. Además, es importante contratar a personas que no sean como tú. Muchas veces es más fácil abrirse a un mercado cuando se tiene personas que piensan diferente.

Hablas de liderazgo vulnerable…

Es muy importante. Supone ser consciente de que no lo sabes todo. No tenemos todas las respuestas y no pasa nada. Muchas veces, los equipos te plantean cosas y es importante decir: “No lo sé”. Antes veíamos al jefe como la persona que lo sabía todo y por eso se creaban esas máscaras, porque se quería esconder la vulnerabilidad y, aunque no se sabía algo, se hacía creer que sí. Es mejor ser sinceros con ese liderazgo vulnerable, más honesto, porque eso te va a llevar a cualquier parte que te propongas.

Bisila Bokoko.

Bisila Bokoko.

¿Crees que eso, realmente, se da en el tejido empresarial?

No es tan frecuente, pero lo veo como un signo de éxito de los líderes a quienes les va bien en los mercados internacionales. A lo largo de mi carrera laboral he analizado muchísimos perfiles de empresarios y profesionales que intentaban internacionalizarse y mi conclusión es que ese tipo de liderazgo, el vulnerable, es el que realmente no sólo te abre puertas si no que te permite que te quedes en el mercado. Además, es el que más falta hace en este momento.

Y es ahí donde también entra en juego el liderazgo femenino, porque para una mujer es mucho más sencillo, lo tenemos de una manera natural. Con esto no digo que los hombres no lo puedan ejercer, por su puesto que pueden, pero les cuesta más porque en general están educados para no mostrar su vulnerabilidad. Yo entiendo que la vulnerabilidad es un superpoder.

¿Crees que falta formación en inteligencia emocional entre los directivos?  

Yo la he tenido que trabajar, porque vengo de un mundo muy masculino y también ejercía mi liderazgo desde ahí. No tenía otros modelos y las mujeres que me rodeaban también ejercían ese tipo de liderazgo. Sin embargo, he tenido que trabajar personalmente para llegar a ese liderazgo mucho más vulnerable, en el que no tengo todas las respuestas y soy capaz de decírselo a mi equipo.

Todo eso me ha favorecido, porque cada idea suma y al final llegamos a las conclusiones adecuadas. Es como un laboratorio de ideas que se forma dentro de la empresa, en el que es necesario saber escuchar y también saber dar un paso atrás y quedarse en una posición al mismo nivel que los demás. Y, desde ahí, es desde donde aprendes.

Creo que ahora tenemos la ventaja de que sabemos qué es la inteligencia emocional. Entenderla y saber cómo funciona es una de las capacidades más importantes que necesitamos en este momento, incluso más que la eficiencia.

¿Eso en qué se traduce?

Hay tres capacidades fundamentales: la creatividad, la resiliencia y la vulnerabilidad, en la que la inteligencia emocional es fundamental. Al final, las máquinas hacen muchas de las funciones que eran llevabas a cabo una persona, pero la inteligencia emocional no se puede sustituir.

La inteligencia emocional te ayuda a saber cuál es el potencial de cada una de las personas que trabajan en tu equipo, porque leyendo sus emociones sabes hasta dónde pueden llegar. Sin embargo, si no eres inteligente emocionalmente te puedes perder mucho talento por el camino. Para mí, una gran manera de generar talento en tu empresa, y no solo tenerlo sino potenciarlo, es a través de la inteligencia emocional.

Además, tus equipos se contagian de tu entusiasmo y de tu tranquilidad. Cuando tienes una persona que maneja el equipo y que tiene una gran inteligencia emocional, que está centrada, que no tiene sobresaltos… sus equipos aprenden y se contagian de eso. Pero cuando tienes un jefe histérico que un día dice una cosa y otro día dice otra, la gente también se contagia. Antes de liderar a los demás, hay que saber liderarse a uno mismo. El autoliderazgo es fundamental.

Bisila Bokoko.

Bisila Bokoko.

En relación a esas situaciones, cada vez hay más profesionales que antes disfrutaban de su trabajo y han acabado perdiendo esa ilusión.

Nos frenan mucho las creencias limitantes. Yo tenía una y era que el trabajo es trabajo y no podía juntarlo con la pasión. Me he criado en un círculo de personas que pensaban “si soy abogado tengo que serlo toda la vida, si soy médico es para toda la vida”. La gente no cambiaba de profesión o de trabajo, a pesar de estar amargada. Y eso se debía al miedo a no encontrar otro trabajo, a equivocarse, a no tener un buen sueldo…

Sentir que solo a través de la empresa en la que estás tienes esa seguridad y esa comodidad también es una creencia limitante, porque no sabes lo que hay ahí fuera, y esa narrativa no te va a ayudar a salir de donde estás. ¿Y si de repente encuentras el trabajo de tu vida?

Hay gente que ve el trabajo como trabajo y no se da cuenta de que esas ocho horas estás existiendo, no estás viviendo. Yo quiero vivir el trabajo, quiero sentir que lo estoy pasando bien, que soy una apasionada de lo que hago. Sin embargo, hay gente que se conforma, que pasan los años y que está esperando a jubilarse y ya está. ¡Qué manera tan poco ambiciosa de quererte!

El miedo… 

La gente tiene miedo, aunque también es cierto que esto ha cambiado mucho desde la pandemia. Nos ha servido para quitarnos muchos miedos y sentir que, si un trabajo no te aporta realmente esa pasión y esa ilusión, no te compensa. Hemos visto que la vida es efímera, que de un día para otro te cambia, y antes no teníamos esa percepción. Creo que el acercarnos a la muerte súbita de tal manera ha hecho que la gente haga una reflexión y se pregunte: ¿Cómo quiero seguir viviendo los próximos años de mi vida?

Es muy importante que hagamos cosas que nos gustan y también es importante que el líder de la empresa transmita esa pasión por lo que hace. Tenemos que crear ambientes de trabajo que sean sanos, donde las personas se sientan bien, que tengan pasión. Muchas veces, la gente se frustra porque están rodeados de personas que viven amargadas. Por eso, es importante que los ambientes de trabajo, y los altos cargos, sientan el tipo de hábitat que están creando, para que esas personas que vienen ocho horas a trabajar se sientan motivadas.

Los psicólogos han comprobado que las personas prefieren sentirse valoradas en su trabajo, que les feliciten y les den las gracias, a cobrar más.

Por eso, no siempre es que el trabajo no te guste, sino que hay que analizar con quién estas trabajando. Porque si tienes un equipo de personas alrededor, que son colaboradoras, optimistas, con ilusión, al final te lo transmiten y vas a trabajar con ganas. Por el contrario, cuando tienes gente celosa, secretista, se crea un ambiente raro. En definitiva, somos seres emocionales y la emoción se tiene que tener en cuenta a la hora de trabajar.

Bisila Bokoko.

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Supongo que la cosa se complica cuando, además, sí que has vivido antes otro tipo de liderazgo… ¿Hay forma de reconducir esa situación?

He aprendido en la vida es que hay que tomar acción, ser sinceros, hablar, decir lo que no nos gusta y lo que podemos mejorar. La comunicación, el lenguaje, es algo muy poderoso y, para mí, lo más importante es desde dónde lo haces. Si lo haces desde el ataque, desde la queja, desde la crítica o la víctima, la persona no te va a escuchar igual. Hay que ir desde la creadora de la nueva persona que tú quieres ser y desde ahí cambiarlo.

Yo cuando me he encontrado en situaciones así y he hecho ese clic el cambio ha sido brutal. Creo que, desde la comunicación, todas las relaciones se pueden reconducir. Y si lo hemos intentado pero la otra persona no sale de su posición, debemos ser flexibles con nosotros mismos y reconocer que quizás esta etapa de nuestra vida ha acabado.

¿Crees que brillar da miedo?

Yo lo llamo el “Complejo de Jonás”, que es el miedo al éxito de verdad, y lo tiene mucha más gente de lo que nos imaginamos. Siempre hablamos del miedo al fracaso, pero pocos hablan del miedo al éxito. Hay muchas personas que, bien porque vienen de familias donde no se brillaba o no se permitía brillar -sobre todo las mujeres-, desarrollan un mecanismo de defensa donde ellos mismos van a boicotear su propio éxito.

Nos tenemos que reconciliar con el éxito, porque es fantástico y no tiene nada que ver con tener mucho dinero o salir en las noticias. Cada uno tiene que definir qué es el éxito para él y comprometerse con ello. Y, desde ahí, ese miedo se va. A veces, estamos midiendo nuestra concepción del éxito sin preguntarnos qué es para nosotros el éxito. Yo me hice esa pregunta y para mí el éxito es la libertad, pero cada persona tiene su propia definición de éxito.

Bisila Bokoko.

Bisila Bokoko.

Antes hablabas de la ambición. Yo creo que hay un término de ambición para mujeres y otro distinto para hombres. ¿No te parece?

Hay conceptos, como por ejemplo brillar o tener éxito, que están ligados a un estereotipo que muchas veces es el propio cine el que nos los ha creado. La ambición es necesaria para llegar a cualquier punto de tu vida. Tener ambición es tener la intención de llegar a algún sitio. Si supiéramos etimológicamente de dónde viene la palabra no la entenderíamos como algo tan oscuro, porque en el fondo es una cualidad que hay que tener para llegar a conseguir lo que te propones. Sin esa ambición… ¿Qué te mueve?

Recuerdo que cuando era becaria me encontré en el ascensor con mi jefa, la directora general, puesto que por primera vez en la institución estaba ocupado por una mujer. Sin pensármelo, le pregunté cómo había ido su primer día de trabajo y qué había hecho para ocupar ese cargo, porque yo un día también quería ser directora. Pasó el tiempo y lo conseguí. Y, además, hoy en día somos muy buenas amigas.

Yo tenía esa ambición, pero si no hubiera existido ese deseo y esa ambición no hubiera llegado a lograrlo. No hay nada de malo en hablar abiertamente de estas cosas. Te puedes comer el mundo sin comerte a nadie, pero tienes que lidiar con lo que quieres. Y, aunque la ambición no esté bien vista, hay que normalizarla.

Bisila Bokoko.

Bisila Bokoko.

Asesoras a muchos emprendedores. ¿Qué es lo más importante a la hora de emprender?

Para mí, la red es súper importante. Tener una buena idea es importante pero no lo es todo. El emprendedor tiene que ver esto como un músculo, donde la resiliencia es fundamental, la idea y la pasión le tienen que acompañar, se tiene que asesorar bien, pero hay que entender que no somos personas orquesta, no tiene que hacerlo todo, debe rodearse de buena gente y tener mentores. Muchos de los errores que se comenten es por no tener esa persona que te coja de la mano, que ya haya caminado por delante de ti y sepa ayudarte.

También es importante ser capaz de pensar en grande, dar pasos pequeños y aprender rápido: Think big, learn fast and baby steps. Porque el emprendedor también es osado y quiere ir a por todas. Y no hay que olvidar tener un plan estratégico, ser flexible y estar constantemente adaptándolo a la situación. Y el marketing, porque si tienes un producto pero no lo vendes y solo lo conoce tu familia, ahí te quedas. Buscar buenos partners

Está muy de moda el término japonés Ikigai. ¿Qué es para ti?

Se vive teniendo un propósito, un para qué, estando más en el ser. Todo pasa porque no nos importe tanto lo que hacemos sino lo que somos. A veces, pensamos que solo somos lo que hacemos, pero hay mucho más. Para entender el sentido de la vida, es importante diferenciar lo que haces y lo que quieres ser cada día. Y ahí es donde entra tu propósito, preguntarte quién quieres ser y comprueba si estás en ello. Hay toda una filosofía dentro de lo que es Ikigai que creo que es muy bonita. Es tener una coherencia entre lo que dices, haces y sientes.

Bisila Bokoko.

Bisila Bokoko.

Hay estudios que dicen que el cerebro procesa 60.000 pensamientos en un día, de los cuáles el 80% son negativos y el 93%, repetitivos.

¡Yo creo que hay muchos más! Nuestro disco duro está diseñado así, y eso tiene que ver con el proceso evolutivo. Antes teníamos que defendernos de los animales salvajes. Ahora, nuestro cerebro reptiliano hace que muchas veces tengamos esos pensamientos donde creemos que todo es peligroso. Además, culturalmente vivimos en entornos en los que estamos alerta constante.

Tenemos que cambiar esto y solo es posible si realmente nos lo proponemos. Hay que poner intención, esfuerzo y trabajo. Ser positivo no es algo natural. Esos pensamientos de alerta están en nuestro ADN y hay que trabajarlos. El pensamiento positivo es una responsabilidad.

De la misma manera que uno se responsabiliza de dormir, cuidarse, comer bien, hacer deporte y de tener amistades sanas, también hay que responsabilizarse de nuestros pensamientos. Para eso, necesitamos leer libros que nos ayuden a sentirnos mejor y hacer cosas que nos gusten, que nos hagan conectar más con lo positivo.

Hace poco, te escuché esta reflexión: “No dejes que tus miedos sean más grandes que tus sueños”.

Es una frase que define mi vida. Yo tengo miedos siempre, aunque la gente me dice que soy una persona muy valiente. Y valentía no es ausencia de miedo, es hacer las cosas con miedo. He tenido que echar narices y decir: tengo pánico, pero voy. Y sigo teniendo miedo, pero no dejo nunca que mis miedos sean más grandes que mis sueños.

Bisila Bokoko.

Bisila Bokoko.

Acabas de publicar tu primer libro: «Todos tenemos una historia que contar». ¿Todos la tenemos? 

Todos tenemos una historia que contar, por muy irrelevante que parezca, porque puede ser la historia de todos. A veces pensamos que solo las grandes historias son dignas de contar, pero esas grandes historias se hacen de pequeñas historias, una pequeña historia te lleva a otra historia y yo creo que todas son universales. ¿A quién no le han echado del trabajo, a quién no le han hecho un ERE? Esas cosas suceden y no pasa nada. Esa es tu historia y tienes que reconstruirla. Para mí, lo importante no es la historia que has vivido, sino la que puedes llegar a construir, la historia que tú quieres ser.

Es cierto que tenemos historias familiares que a veces nos aterrorizan, que nos pueden hacer sentir avergonzados porque nos han causado dolor, pero puedo cambiar eso y en lugar de funcionar en modo víctima, funcionar en modo creador, y desde ahí construir una nueva historia.

Si te das cuenta, las historias a veces nos constriñen. Hay personas que han tenido una madre muy controladora y nunca terminan liberándose de esas cadenas porque luego lo repiten. Muchas veces esas historias nos ayudan y las historias de otros referentes nos ayudan a sentir que, quizás, un día lo podamos ser nosotros. Por lo tanto, todos tenemos una historia que contar.

¿Hay que reconciliarse con los orígenes?

Totalmente. Cuando te reconcilias con tus orígenes te haces superpoderosa. Cuando no has querido mirar de cerca a esos orígenes, cuando los has rechazado, te has perdido una parte de ti, y si logras enlazar con esos orígenes consigues una paz interior espectacular. Te deja ser quien realmente eres, empiezas a ser realmente tú y ya está. Por eso creo que es muy importante reconciliarse con nuestros orígenes, con nuestras familias, de dónde venimos y quiénes somos.

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Tu libro es una oda contra el perfeccionismo. ¿Es un enemigo a batir?

Es un enemigo brutal del éxito, porque nos hace procrastinar al necesitar que todo sea perfecto. Estamos en una sociedad en la que queremos ser perfectos en todo: vestir perfecto, hablar perfecto… Ese perfeccionismo nos está secuestrando la vida. Porque, al final, no te hace feliz.  Nos creamos unas expectativas que no nos hacen experimentar el éxito. Ves a personas exitosas a quienes el perfeccionismo les está matando. El perfeccionismo es el gran enemigo del éxito. Es más, el hecho de ser líderes imperfectos es lo más.

Bisila Bokoko.

Bisila Bokoko.

También hablas de la noche oscura del alma, ¿nos explicas su significado?

La noche oscura del alma es cuando sientes que lo has perdido todo. Cuando estas en ese túnel donde no sabes quién eres, ni qué hacer. Creo que todo el mundo, una vez en la vida, pasa por esa noche oscura del alma. En mi caso, fue un despido y un divorcio al mismo tiempo. Y ahí, cuando estás en ese dolor y en ese túnel lleno de heridas, es ahí donde pasa todo.

Cuando eres capaz de trabajarte en esa noche oscura del alma, no tratas de escapar de ella sino que te vas quitando todas las máscaras con las que te has movido para defenderte… De repente eres tú y te encuentras con la persona que realmente eres en el espejo.

Ahí te da pánico, porque ves tus sombras, esas partes de ti que nunca has querido ver. Yo cuando las vi me aterroricé. Porque a veces piensas “yo no soy así”. Y ahí eres tú, como ser humano, y tienes que tener mucha compasión contigo mismo. Porque todos tenemos esas partes de nosotros mismos que no queremos ni ver. Cuando te enfrentas a eso, haces esa reflexión y aceptas esas partes de ti que son tus sombras encuentras mucha luz y empiezas a brillar de verdad.

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Esto requiere de mucho tiempo y esfuerzo. Es un encuentro contigo mismo muy potente y te haces preguntas que antes no te habías hecho: ¿Soy feliz? ¿Me he creído la historia y la narrativa de lo que para mí era la felicidad, cuando lo que realmente quería era hacer feliz a mi entorno, cumplir las expectativas de lo que la gente esperaba de mí? Entonces toda esa aprobación externa que antes habías estado buscando ya no te hace falta.

¿A quién entregas el relevo de esta entrevista?

Se lo voy a dar dos personas: a Laura Parra, CIO de Cellnex Telecom y a Amaya Sanchez Herrero, directora general de Amaya Fashion for Kids.

Fotos: Olga Vallejo

Espacio: La Parra Coworking

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