Andrés Arribas: «Ser honesto en tu trabajo te hace más libre en la toma de decisiones»

El hashtagGraffiti de hoy lo protagoniza José Andrés Arribas Navarro.

En esta entrevista aborda, con la sensatez y el poso que le caracterizan:
El tabú de la veteranía en las empresas.
El valor de la cultura y la información contrastada.
El futuro del ferrocarril para las mercancías.
Y mucho más.

Este economista, que llegó al sector ferroviario casi por casualidad hace más de 30 años, se ha convertido en una voz de referencia en este ámbito.

La veteranía es un grado, ¿por qué no se valora en el mercado? ¿Crees que hay tabús en ese sentido?

Hay una fiebre por la inmediatez, lo novedoso, lo joven (quizá porque sea más barato), que no da oportunidades a la experiencia, al conocimiento acumulado, a la trayectoria laboral y al talento demostrado. Y es una pena, porque ambas visiones pueden coexistir perfectamente enriqueciendo todos los procesos de transformación de la actividad en la empresa.

Andrés Arribas.

Andrés Arribas.

¿Cuáles han sido las principales lecciones que has aprendido a lo largo de tu trayectoria profesional?

Precisamente, aprender de la sabiduría de los antiguos del lugar. Eso es como hacer un máster. Y ser honesto, actuar en conciencia. Así no debes nada a nadie y eres libre en la toma de tus decisiones.

Si, sabiendo lo que sabes ahora, pudieras darle algún consejo al José Andrés Arribas que tenía 40 años, ¿qué le dirías?

Que se forme más. Que adquiera más conocimientos. Al final, la preparación es el 90% del éxito. Hay que estar aprendiendo cada día.

A veces nos empeñamos en seguir caminos que no conducen a ningún sitio. ¿Cómo hacer para no perder tanto tiempo en el proceso?

A veces nos cuesta rectificar y reconocer que nos equivocamos, aunque sólo sea por un tema de falso orgullo. Esto, aunque pueda sonar pedante, me recuerda a lo que dijo Mario Benedetti de que hay que huir de tres figuras geométricas: los círculos viciosos, los triángulos amorosos y las mentes cuadradas.

(Risas…). ¿También de las mentes cuadradas?

Debemos tener mentes más holísticas, más amplias, de 180 grados. Eso nos ayuda a comprender e integrar todos los factores, porque si mantenemos sólo una mirada al frente, estándar, nos perdemos muchas oportunidades laterales y, sobre todo, perdemos mucho tiempo. Y ese sí que es un bien escaso.

Sandra Lorente y Andrés Arribas.

Sandra Lorente y Andrés Arribas.

Quien te conoce, y quien te lee, sabe que tienes una faceta intelectual cultivada. ¿Qué ha aportado la cultura a tu perspectiva de la vida?

La lectura, la música, el arte… te van modelando. Te enriquecen y acaban perfilando tu personalidad. Te ayudan a darte cuenta de lo insignificante que somos frente a todos los autores y artistas que hay. A mí es algo que me atrae, pero no solo a nivel teórico, trato de aplicar lo que aprendo en los contextos en los que me muevo, tanto en el ámbito familiar como empresarial. Por otro lado, una sociedad culta es muy difícil de manipular.

¿Y los viajes?

Me gusta mucho viajar, conocer países y ver cómo han resuelto allí los problemas que tenemos aquí. Salir fuera te sacude el provincianismo y te ayuda a tener una visión más abierta de los problemas a los que nos enfrentamos aquí.

¿Crees que idealizamos los puestos de trabajo y por eso muchas veces nunca los vemos perfectos?

Yo creo que idealizamos a las empresas. Y luego cuando estamos en ellas, en tu puesto de trabajo, te das cuenta que esa empresa es la suma de sus empleados, directivos, compañeros… y te viene la decepción. Por eso, las personas no se van de las empresas, se van de los jefes.

Por otro lado, también nosotros tenemos que aportar elementos motivantes a la compañía. Como anécdota, yo tuve puesto mucho tiempo en mi ordenador, una frase que aparecía cuando lo encendía todas las mañanas, y que decía: ¿Por qué motivo debería alegrarme hoy? Parece insignificante, pero era un chute de motivación. No podemos olvidarnos de nuestra aportación a la compañía.

Andrés Arribas.

Andrés Arribas.

Todos los profesionales del sector ferroviario que conozco tienen una vinculación con este ámbito más allá de lo profesional. Es como algo emocional. ¿Qué tiene para acabar enganchando a todo el que entra en él?

Yo que venía del mundo de la electrónica de consumo y no tengo tradición ferroviaria, cuando entré en él me fascinó. Al tener una cuota tan pequeña, casi irrelevante, tienes que hacer las cosas muchísimo mejor que tus competidores para tener opciones. Yo cuando aterricé aquí pensaba que en el ferrocarril todo era RENFE y resultó que había operadores privados que teníamos que ganarnos nuestro hueco, compitiendo con otros modos e incluso con la misma Renfe que era un monstruo en recursos, medios y visibilidad.

Por eso te engancha, porque cada día es un reto, es diferente al anterior y tienes que ser muy creativo para dar soluciones a los clientes en un mercado competitivo desigual. Además, cada servicio lo sigues muy de cerca desde el origen hasta la entrega, por la cantidad de elementos que intervienen al ser un modo de transporte tan rígido, muy regulado y con unas obligaciones normativas de seguridad, calidad, etc. exquisitas.

¿Ha evolucionado la situación del ferrocarril para las mercancías en los últimos años o sigue retrocediendo?

En España, como en cualquier país moderno, el ferrocarril es imprescindible. Es como un plano que debe apoyarse en tres patas para que no se desequilibre: las cercanías como movilidad urbana frecuente y segura, la alta velocidad como elemento integrador de territorios y las mercancías como modo eficiente y descongestionador de la carretera. Aquí esa tercera pata es muy reducida, no se ha desarrollado lo suficiente y hace peligrar el plano.

Ha habido un gran despliegue de la red de cercanías en las ciudades más pobladas. En la alta velocidad, somos el segundo país del mundo, después de China, en kilómetros de vía. Pero en mercancías seguimos anclados en cuotas ridículas, que nos llevan a ocupar los últimos puestos de Europa. Quiero pensar que no retrocedemos, pero el avance es lentísimo y la liberalización del sistema ferroviario de 2005 apenas se ha notado.

¿Qué necesita el ferrocarril para, de verdad, ser una alternativa a otros modos de transporte para las mercancías?

Que sea una decisión de Estado. En la actualidad, hay más de 12.000 kilómetros de red de ancho ibérico que permitirían mantener líneas dedicadas a la mercancía, como el modelo Betuwe Line holandés. También que todos los modos de transporte internalizaran los costes externos y las deseconomías que producen, sin olvidar una mayor participación de los cargadores y empresas ferroviarias en la reorientación de los flujos o incluso el fomento de la cooperación entre empresas, es decir, que el camión se suba al vagón.

¿Y eres optimista al respecto?

Hay que reconocer que el ministerio de Transporte ha hecho, en estos años, más que nunca por entender las especificidades del ferrocarril de mercancías y creo que eso se va a notar en un par de años. Es lo que se llama en economía el efecto “J”. Las cosas van a ir peor en estos años, por temas de perturbaciones en la red con motivo de las obras en los corredores, modificaciones de gálibos, más carga regulatoria de seguridad, etc, y que junto con la llegada de nuevos vagones y locomotoras en los próximos años, hará que a partir del 2025 exista un punto de inflexión y que la curva suba hasta alcanzar ese objetivo del 10% de cuota ferroviaria en el 2030, doblando la existente en la actualidad.

Andrés Arribas.

Andrés Arribas.

Hace poco escribías en El Mercantil que tienes una afición «curiosa». ¿Es cierto que a principios de año recopilas las previsiones económicas y luego a final chequeas el resultado?

Sí (risas). Suelo coleccionar las declaraciones sobre la evolución de la economía, perspectivas, veredictos sesudos al comienzo del ejercicio y luego las comparo a fin de año. Esto permite reconocer quienes son rigurosos y aciertan y quienes lanzan panfletos sesgados, tóxicos, sin base científica, pero que se las publican porque tienen un sesgo político interesado o quieren modificar la realidad. Desgraciadamente los que aciertan, nunca ocupan las primeras páginas salmón, ni abren telediarios, pero yo sí les tengo en cuenta para mis previsiones. Es la diferencia entre la opinión pública y la publicada. Podría darte ejemplos fascinantes.

¿Nos estamos acostumbrando tanto a la desinformación o a la información sesgada que nos da igual?

Es malo acostumbrarse a las cosas, sobre todo, cuando perpetúan desigualdades y lo admitimos como un mal necesario. No nos debería dar igual. Es más, deberíamos denunciar o al menos dejar de seguir a medios que no dicen la verdad. Se pueden tener diferentes ideologías, pensar y opinar de forma distinta, pero nunca se debe mentir. Cada uno debe tener un criterio propio que se forma por los inputs que experimenta o que ve y no por lo que le cuentan.

Se habla mucho de soft skills. ¿Cuáles consideras más importantes? ¿Se pueden aprender o se nace con ellas?

Hay talentos que se nace con ellos, como le sucede a tu paisano Carlitos Alcaraz. Aún así, hay que trabajarlos. Competencias blandas como hablar en público, ser empático, saber comunicar, tener liderazgo, etc, hay que entrenarlas constantemente y son cada vez más necesarias para hacer más robustos los ambientes de trabajo. Precisamente por ser habilidades muy subjetivas podría darse el caso que, por descuidarlas, pudieran llevar al traste un buen trabajo de hard skills.

Andrés Arribas.

Andrés Arribas.

¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?

Con el tiempo y con las diferentes responsabilidades que he ido teniendo he ido cambiando mis preferencias. En mi última etapa, y quizá por eso de que tenemos dos orejas y una sola boca, para que escuchemos el doble de lo que hablamos, he disfrutado mucho escuchando. Escuchando a mi equipo directivo, a los mandos intermedios y responsables de centros, a los conductores, al personal del lavadero, de estiba, etc. Aprendes muchas cosas, que incluso no habías caído en ello y te aportan su visión del negocio que en modo alguno es despreciable.

Es una parte clave del liderazgo…

Yo diferenciaría entre dos estilos de dirección: jazz versus sinfonía. En la sinfonía todo es predecible, se entra a tiempo y las cosas se aprenden por repetición. Mientras que en el modelo jazz, sin ir en detrimento del otro, queda hueco para la iniciativa y la improvisación individual, que hacen más frescas y creativas las tareas. A mí me gusta más el jazz. (Risas).

¿A qué profesional de la cadena de suministro te gustaría ceder el relevo de esta entrevista?

Si tengo que reconocer a una persona con un talento especial demostrado en todas las compañías por las que ha pasado es Mar Chao. Siempre es un placer escuchar sus reflexiones. A ella le cedería el relevo.

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